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SUEÑOS PENDEJOS. CUENTOS DE LA TROJA DOS. JUAN NJOÉ BOCARANDA E.




SUEÑOS PENDEJOS

la esperanza
Brígido Zolás, un hombre de Pedregales, Bolivia, me contó algo inverosímil: de pronto le dio por soñar, noche tras  noche, que era médico y que desde el amanecer hasta caída la tarde, recibía una cola de gente tan larga, tan larga, que le daba la vuelta a la Tierra. Pero un día notó que los pacientes repetían, en un desfile interminable, como si no tuviesen otra cosa que hacer. Intrigado, preguntó a cada uno por qué regresaban sin apenas cumplir el tratamiento. Todos coincidían en la misma respuesta: querían evitar la muerte. ¿Acaso no se dice que la esperanza es lo último que se pierde?
Cuando le conté todo esto a mi mujer, me dijo:
-Que sueño tan pendejo.

con el santo Papa
Soy profesor de Química. Suelo reunirme en la plaza, los sábados por la tarde, con algunos de mis alumnos de bachillerato. Conversar, simplemente conversar, de todo, de lo que sea.
Uno de los alumnos nos contó un sueño reciente:
“Yo le tenía mucha ojeriza al Papa Juan Pablo Segundo. Me caía requetemal por falso cristiano, petulante y déspota. Siempre me acordaba de cómo trató tan mal, en forma humillante y muy poco cristiana, al poeta Cardenal cuando el Pontífice visitó Nicaragua. Además, se daba unos aires, sólo por ser Papa.
Hace como tres noches soñé que entré en una gran capilla del Vaticano. Toda muy bien iluminada. A la derecha había como una especie de rincón de estar, donde cerca de doce o quince cardenales conversaban, sentados en mullidas butacas. Al Papa lo vi en un reclinatorio ubicado en la primera fila, a la derecha, cerca del altar mayor.
El Papa, no sé cómo, se enteró  de que yo estaba allí. Se puso de pie y vino directamente a mí, cerca de la entrada a la Capilla. Me saludó como si fuésemos viejos amigos, y me presentó a cada uno de los cardenales.
No tengo claro de qué conversamos. Lo cierto es que nos despedimos con un fuerte abrazo, me desperté y desde entonces el Papa ni me huele ni me hiede. No le tengo cariño, pero tampoco la arrechera de antes. No sé qué pasó. Ahora hasta le rezo, pues fue canonizado. Me dice que está seguro de que me graduaré este año como bachiller.
-Pues dile a tu Papa que no asegure nada de eso. Vas muy mal en Química y probablemente repruebes la materia- le advertí.

los sueños de mi hijo
Julio José, mi hijo menor, de siete años de edad, cuando almorzaba ayer le dijo a mi esposa:
-Mamá. Tengo tiempo que no sueño pendejadas.

los sueños de mi mujer
Esos sueños. Siempre el mismo sueño, todas las noches…
Mi esposa sueña todas las noches lo mismo, lo mismo: una casa infinita, cuartos, cuartos y más cuartos. Un laberinto de habitaciones. Y va abriendo puertas y entrando, abriendo puertas y entrando…hasta que despierta al amanecer.
-Ay, Pancho, me siento tan cansada. Me duelen las piernas, los brazos, todo el cuerpo.
-Claro, de tanto ir de cuarto en cuarto. ¿Tú crees que no haces esfuerzos musculares, con esos sueños tan pendejos…

sueños metafísicos
-La metafísica Petrica Quiñones se la pasa diciendo en televisión, que debemos recordar lo que soñamos, porque los sueños son mensajes del más allá y orientaciones del Yo Superior.
-¿Que los sueños son mensajes? ¿Qué mensajes son ésos? Yo lo que hago es soñar puras pendejadas.
-Yo sueño casi todas las noches, que estoy en un restaurante comiéndome tremendo bistec a la parrilla, con yuca, ocumo, picante, una buena ensalada, una cervecita y un bienmensabe…Y me despierto con hambre y con una gran arrechera, pues en mi casa estamos pelando y no tenemos qué comer…
Sueños pendejos…
-Y pendejos los que repiten las tonterías que dicen esas metafísicas del cimborro…


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